Fecha de actualización: 27/04/2020
(V.3.0/2020)
Microorganismos causales (niños previamente sanos) | ||
Grupos de edad | Frecuentes | Menos frecuentes |
0 - 1 mes |
| Otras enterobacterias, virus2, L. monocytogenes, Enterococcus spp., S. aureus3, U. urealyticum, Candida spp. |
1 - 3 meses | S. aureus, S. agalactie, B. pertussis, H. influenzae tipo b6, C. trachomatis7, enterobacterias, otros virus8 | |
4 meses - 4 años | M. pneumoniae, C. pneumoniae, S. pyogenes10, S. aureus10, H. influenzae tipo b, otros virus8 | |
≥5 años | Virus respiratorios4,8 S. pyogenes, M. tuberculosis |
Microorganismos causales (condiciones especiales) | |
Aspiración12 |
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Inmunodepresión13 |
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Nosocomial14 |
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Fibrosis quística |
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Drepanocitosis |
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Estudios complementarios | |||
Evaluación inicial | Situaciones especiales (valorar de forma individualizada) | ||
Atención primaria | Urgencias hospital / hospitalizados | ||
Pulsioximetría16 (gasometría) |
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Laboratorio17 |
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Microbiología |
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Pruebas de imagen | |||
Fibrobroncoscopia |
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Indicaciones de ingreso hospitalario |
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Tratamiento antimicrobiano ambulatorio32 | ||
Edad | Primera elección | Alternativa |
0 - 4 semanas | Recomendado tratamiento hospitalario | |
1 - 3 meses | Recomendado tratamiento hospitalario | |
4 meses - 4 años | Sospecha de etiología vírica33: no recomendado | |
Sospecha de neumonía típica34:
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Sospecha de neumonía atípica35: azitromicina VO | Claritromicina VO | |
≥5 años | Sospecha de neumonía atípica35: azitromicina VO | Claritromicina VO |
Sospecha de neumonía típica34: amoxicilina VO | Ídem a <5 años |
Tratamiento antimicrobiano en pacientes hospitalizados | ||
Edad | Neumonía no complicada | Neumonía grave y/o con derrame pleural36 |
0 - 4 semanas |
| Ampicilina IV + gentamicina IV (o ampicilina IV + cefotaxima IV) |
1 - 3 meses |
| Ampicilina IV + cefotaxima IV |
4 meses - 4 años |
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≥5 años |
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Tratamiento antimicrobiano empírico en situaciones especiales | |
Situación | Tratamiento |
Aspiración |
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Inmunodepresión40 | |
Nosocomial42 |
Dosis recomendadas de los antimicrobianos | |||
Fármaco | Vía | Dosis total/día | N.º dosis / día |
Amikacina | IV | 15-20 mg/kg/día (máx. 1,5 g/día) | 1-2 |
Amoxicilina45 | VO | 80-90 mg/kg/día (máx. 4-6 g/día) | 3 |
Amoxicilina45 clavulánico | VO46 | 80-90 mg/kg/día de amoxicilina (máx. 3 g/día) y ácido clavulánico (máx. 375 mg/día o 125 mg/dosis), formulación 8:1 | 3 |
IV | 100-150 mg/kg/día de amoxicilina (máx. 6-8 g/día), formulación 5:1 | 3-4 | |
Ampicilina47,48 | IV | 150-300 mg/kg/día (máx. 12 g/día) | 4 |
Azitromicina | VO/IV | 10 mg/kg/día (máx. 500 mg/día) | 1 |
Cefepime | IV | 150 mg/kg/día (máx. 6 g/día) | 3-4 |
Cefotaxima47,49 | IV | 150-300 mg/kg/día (máx. 12 g/día | 3-4 |
Ceftriaxona50 | IV | 50-100 mg/kg/día (máx. 4 g/día) | 1-2 |
Cefuroxima-axetilo | VO | 30 mg/kg/día (máx. 500 mg/día) | 2 |
Cefuroxima | IV | 150 mg/kg/día (máx. 6 g/día) | 3-4 |
Claritromicina | VO/IV |
| 2 |
Clindamicina | IV | 30-40 mg/kg/día (máx. 3,6 g/día) | 3-4 |
Cotrimoxazol | IV | 100 mg de SMX y 20 mg de TMP kg/día (máx. 3,2 g de SMX y 680 mg de TMP/día) | 3-4 |
Eritromicina | VO/IV |
| VO: 2-4 IV: 4 |
Gentamicina47 | IV |
| 1-2 |
Levofloxacino39 | IV |
| 1-2 |
Oseltamivir | VO |
| 2 |
Penicilina G sódica51 | IV | 250.000-400.000 UI/kg/día (máx. 24 millones UI/día) | 4-6 |
Piperacilina-tazobactam52 | IV |
| 3-4 |
Vancomicina | IV | 40-60 mg/kg/día (máx. 4 g/día) | 4 |
Ver dosificación en: https://guia-abe.es/generalidades-antibioticos--dosis-en-lactantes-y-ninos |
Antibioterapia: vía de administración y duración | |
Vía de administración (oral y parenteral) |
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Duración del tratamiento |
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Control radiológico |
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Prevención: vacunas |
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Otras medidas terapéuticas |
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Referencias bibliográficas |
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Abreviaturas: Ag: antígeno. BCG: bacilo de Calmette-Guerin. CMV: citomegalovirus. FR: frecuencia respiratoria. IGRA: Interferon Gamma Release Assays. IV: vía intravenosa). LBA: lavado broncoalveolar. MERS: síndrome respiratorio de Oriente Medio. MR: meticilin-resistente. NAC: Neumonía adquirida en la comunidad. PCR: reacción en cadena de polimerasa. PCT: procalcitonina. PrCR: proteína C reactiva. Rpm: respiraciones por minuto. Rx: Radiografía. SARS: síndrome respiratorio agudo grave. SMX: Sulfametoxazol. TC: tomografía computarizada. TMP: Trimetoprim. UCIP: unidad de cuidados intensivos pediátricos. VEB: virus Epstein-Barr. VHS: virus herpes simple. VO: vía oral. VRS: virus respiratorio sincitial.
1 De esta definición se excluyen los casos que afectan a niños con inmunodeficiencias u otras situaciones que los hacen más vulnerables a patógenos excepcionales en la población general, la tuberculosis pulmonar y las neumonías neonatales.
2 Adquiridos por vía transplacentaria (CMV) o ascendente-intraparto (VHS) y virus respiratorios (sobre todo VRS e Influenza en época epidémica).
3 Staphylococcus aureus habitualmente de origen nosocomial.
4 VRS, influenza A y B, parainfluenza, rinovirus, metapneumovirus humano, bocavirus, adenovirus. Es la etiología más frecuente en los menores de 2 años.
5 Streptococcus pneumoniae es el principal agente etiológico de neumonía típica en todas las edades. Desde la instauración en el calendario vacunal infantil de la vacuna antineumocócica conjugada, han disminuido la carga global de la enfermedad neumocócica invasora y los ingresos por NAC. Los serotipos agresivos como el 19A o el 1, que emergieron tras la introducción de la vacuna 7-valente, están cubiertos con la vacuna 13-valente.
6 Causa excepcional en niños bien vacunados con la vacuna conjugada frente a Haemophilus influenzae tipo b.
7 Transmisión vertical de la madre. Chlamydia trachomatis es responsable de neumonía atípica afebril del lactante. Se presenta con taquipnea/tiraje e imagen radiológica con un patrón intersticial difuso, entre las 2 semanas de vida y los 3-4 meses.
8 Enterovirus, CMV, VHS, VEB, virus varicela-zóster, virus del sarampión, coronavirus (SARS-CoV, MERS-CoV y SARS-CoV-2).
9 Las coinfecciones pueden ser un factor de mal pronóstico. Producen más inflamación y neumonías más graves que las producidas por un solo microorganismo. En menores de 3 años es frecuente detectar coinfección viral. La coinfección bacteria-virus más frecuente es Streptococcus pneumoniae-VRS.
10 La incidencia de Streptococcus pyogenes y Staphylococus aureus (sobre todo MR) está aumentando. Cursa con necrosis y empiema. Ocasionalmente son responsables de neumonía tras padecer gripe o varicela. En el estudio multicéntrico español COSACO (Colonización por Staphylococus aureus MR en niños sanos), la prevalencia de Staphylococus aureus MR entre los colonizados fue 4,4 %.
11 Mycoplasma pneumoniae es el microorganismo más frecuentemente responsable de neumonía atípica. Causa brotes entre los meses de mayo-julio y en otoño.
12 Considerar posibilidad de neumonía aspirativa en pacientes que presenten historia de depresión del nivel de consciencia (convulsión, anestesia general previa, intoxicación…), aspiración de cuerpo extraño, reflujo gastroesofágico, sonda nasogástrica, intubación orotraqueal, enfermedad neuromuscular de base…
13 La etiología de la neumonía en los pacientes inmunodeprimidos viene determinada por la patología de base o tratamiento que causa la inmunodepresión y por el grado de inmunosupresión que presenta en el momento de la infección.
14 Es aquella que se desarrolla después de las primeras 48-72 horas de ingreso hospitalario o que aparece en los 7 días posteriores al alta hospitalaria. Factores de riesgo a considerar en su desarrollo son: estancia en UCIP, ventilación mecánica, presencia de catéteres centrales, antibioterapia de amplio espectro previa.
15 Considerar la posibilidad de existencia de gérmenes multirresistentes. Es fundamental conocer el patrón de resistencia local de los gérmenes causales de infección nosocomial.
16 Ante sospecha de NAC, se recomienda monitorizar la Sat O2 para evaluar la gravedad. Puede existir hipoxemia sin ser evidente. La cianosis es un signo grave de hipoxemia, pero de aparición tardía. Remitir al hospital con oxígeno si Sat O2 <92 % con aire ambiente. Una vez en el hospital, realizar gasometría en caso de insuficiencia respiratoria.
17 En neumonías leves, susceptibles de tratamiento ambulatorio, no está indicado solicitar de rutina hemograma y reactantes de fase aguda. Se aconseja ante ingreso hospitalario y en algunos casos, para reducir la prescripción de antibióticos, si hay dudas sobre el diagnóstico etiológico o el tratamiento a seguir. Aunque no hay puntos de corte bien definidos, la probabilidad de etiología bacteriana es elevada si existe leucocitosis con neutrofilia, PrCR mayor de 80-100 mg/L y PCT mayor de 1-2 µg/mL. Algunos estudios refieren que la PCT tiene mayor sensibilidad y especificidad para diferenciar infecciones bacterianas de víricas que la PrCR y el hemograma. Su valor aumenta con la gravedad y puede ser un marcador útil para tomar decisiones terapéuticas en los servicios de urgencias. Un valor <0,5 µg/mL sugiere etiología vírica.
18 Se recomienda antes del inicio de tratamiento antibiótico en pacientes hospitalizados. Su sensibilidad es baja (menos del 5-10 % son positivos). Especificidad cercana al 100 %.
19 Realizar durante el periodo epidémico de VRS y/o gripe de acuerdo a los protocolos locales de cada centro. Se emplean muestras de aspirado nasal o frotis nasofaríngeo. En general, los test de detección de antígeno tienen buena sensibilidad y especificidad, pero ante resultados negativos, en casos graves con alta sospecha diagnóstica, conviene realizar PCR. Su positividad no excluye la posibilidad de infección bacteriana, ya que puede existir una coinfección.
20 La sensibilidad del cultivo de líquido pleural oscila entre 25-50 %. Es inferior si la muestra se ha obtenido tras iniciar antibioterapia. La determinación de Ag de neumococo en líquido pleural tiene una sensibilidad de 90 % y especificidad de 95 %. En caso de disponibilidad, solicitar PCR bacteriana en la muestra obtenida de líquido pleural. Presenta un rendimiento diagnóstico superior al resto de pruebas microbiológicas, especialmente si el paciente ha recibido tratamiento antibiótico antes de obtener la muestra.
21 Se recomienda solo si sospecha de neumonía atípica (Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia pneumoniae), en casos de mala evolución o en pacientes con patología de base. Precisa una segunda muestra, su interpretación puede ser compleja y ofrece el diagnóstico a posteriori.
22 Permite la identificación de virus respiratorios (VRS, influenza, parainfluenza, metapneumovirus, rinovirus, adenovirus, coronavirus…) y de determinadas bacterias (Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia spp.) de muestras de frotis nasofaríngeo. Se recomienda en casos muy seleccionados (pacientes inmunodeprimidos, ingresados en cuidados intensivos, situaciones epidemiológicas especiales…), debido al elevado coste y a que la interpretación de los resultados debe realizarse con cautela. No diferencia colonización de infección.
23 La detección del Ag de neumococo en orina se desaconseja en menores de 5 años dada su baja especificidad (no diferencia infección de estado de portador). El Ag de Legionella en orina se recomienda solo en pacientes inmunodeprimidos, casos graves o en situación de brote epidémico.
24 En caso de sospecha de TBC realizar Mantoux y/o IGRA. Ver: https://guia-abe.es/temas-clinicos-tuberculosis.
25 El cultivo de esputo puede ser de utilidad en niños mayores, siempre que la muestra obtenida haya sido de buena calidad (>25 leucocitos/campo y <10 células epiteliales/campo). Ante sospecha de TBC se utiliza cultivo de esputo inducido, o de aspirado gástrico en lactantes y niños pequeños.
26 Se realizará exclusivamente en pacientes intubados graves con mala evolución o en inmunodeprimidos. Permite realizar cultivo o PCR, en función de la sospecha diagnóstica.
27 La Rx de tórax es el patrón oro para establecer el diagnóstico de neumonía, pero puede obviarse en niños previamente sanos, con clínica leve y sin indicación de ingreso hospitalario. No está indicada en niños con sibilancias y manifestaciones típicas de bronquiolitis o asma, la neumonía bacteriana es poco probable en estos casos. Está indicada ante: ingreso hospitalario, enfermedad grave o sospecha de complicaciones (derrame pleural…), dudas en el diagnóstico (para confirmarlo o descartarlo y evitar tratamiento antibiótico innecesario en muchos casos), historia de neumonías recurrentes, neumonía prolongada y escasa respuesta al tratamiento. Suele ser suficiente la proyección PA en niños mayores y AP en decúbito en los pequeños, dejando la proyección lateral para situaciones especiales. Aunque el infiltrado alveolar suele atribuirse a etiología bacteriana y el intersticial a vírica, las imágenes tienen limitaciones para predecir la etiología y deben valorarse junto a otros datos del paciente.
28 La ecografía pulmonar es una herramienta con alta sensibilidad y especificidad (cerca de 95 %) para el diagnóstico de neumonía en niños, con mayor sensibilidad que la Rx de tórax. Requiere personal entrenado, pero dada la sencillez de la técnica y la inocuidad para el paciente, puede ser útil tanto en AP, si se encuentra disponible, como en Urgencias. En pacientes hospitalizados es práctica para el seguimiento o sospecha de complicaciones. Permite identificar el lugar óptimo para la toracocentesis en caso de derrame pleural.
29 La TC torácica se reserva para pacientes graves, con patología de base o con mala evolución clínica.
30 Reservada a casos graves, evolución tórpida, anomalías radiológicas persistentes o neumonías recurrentes en la misma localización.
31 Los lactantes mayores de 6 meses previamente sanos, con neumonía leve o moderada, cuya etiología más frecuente suele ser vírica, podrían tratarse en casa si existe buen control familiar y fácil acceso a los cuidados médicos.
32 El tratamiento ambulatorio es empírico basado sobre todo en la etiología más común según la edad. Valorar también las manifestaciones clínicas, el estado vacunal y las resistencias bacterianas.
33 Es la etiología más frecuente en este grupo de edad. No se recomiendan antibióticos en niños menores de 2-3 años previamente sanos, con sospecha de etiología vírica (comienzo gradual, síntomas de infección respiratoria de vías altas, clínica leve con fiebre/febrícula, crepitantes bilaterales con/sin sibilancias), bien vacunados frente a Haemophilus influenzae tipo b y neumococo y posibilidad de seguimiento estrecho. En niños pequeños con signos de infección respiratoria y fiebre, puede haber dudas sobre el diagnóstico de neumonía. Aunque no existen signos/síntomas patognomónicos, la taquipnea es el más útil para diferenciar infecciones respiratorias de vías altas o bajas. En cambio, la taquipnea, la hipoxemia y el aumento del trabajo respiratorio refuerzan el diagnóstico de neumonía.
34 Si se sospecha neumonía típica (comienzo brusco, fiebre elevada, afectación del estado general, hipoventilación y crepitantes localizados a la auscultación), el tratamiento de elección es la amoxicilina. Salvo casos de alergia grave a betalactámicos, no se recomienda como primera elección tratamiento empírico con macrólidos debido a la alta resistencia de las cepas circulantes de neumococo a este grupo de antibióticos.
35 El tratamiento de elección de la neumonía atípica (comienzo insidioso, estado general conservado, mialgias, cefalea, odinofagia, tos irritativa, febrícula o fiebre no elevada, crepitantes y/o sibilancias uni/bilaterales) son los macrólidos, aunque no existe evidencia clara de su utilidad para el tratamiento de esta enfermedad en niños. Azitromicina es el más empleado. Su cómoda posología y corta duración facilitan la adherencia al tratamiento. La creciente prevalencia de cepas de Mycoplasma pneumoniae resistentes a macrólidos, descrita en diversas regiones geográficas, exige evitar el uso innecesario de estos antibióticos.
36 Añadir oseltamivir en caso de sospecha o confirmación de coinfección gripal.
37 Se requieren dosis más elevadas para alcanzar adecuadas concentraciones del fármaco en el espacio pleural.
38 Considerar como gérmenes patógenos probables, además de Streptococcus pneumoniae, a Streptococcus pyogenes y Staphylococus aureus. Frecuente en coinfecciones con gripe o varicela. Considerar el uso de vancomicina IV en vez de clindamicina en casos de mala respuesta al tratamiento o en regiones con Staphylococus aureus MR superiores al 10 %.
39 Uso off-label. Las quinolonas se han asociado a artropatía en animales en crecimiento y no suelen recomendarse para los niños y adolescentes en crecimiento. Se ignora la repercusión de este efecto en humanos. En algunos casos seleccionados puede estar justificada su administración a corto plazo en pediatría. Ver: https://guia-abe.es/generalidades-quinolonas-en-pediatria
40 Se recomienda consultar con especialista en enfermedades infecciosas.
41 Considerar añadir macrólidos si sospecha de germen causal de neumonía atípica implicado, cotrimoxazol si posibilidad de Pneumocistis jiroveci o vancomicina si sospecha de Staphylococus aureus MR.
42 Consultar la guía local de tratamiento antimicrobiano de cada centro hospitalario, en caso de disponer de ella. El tratamiento empírico debe ajustarse al patrón local de resistencias.
43 Si el paciente ha recibido tratamiento antibiótico previo o ha estado hospitalizado recientemente manejar como tardía.
44 Considerar añadir vancomicina al tratamiento empírico si sospecha de Staphylococus aureus MR.
45 Aunque en los últimos años se ha observado una cierta disminución en la proporción de neumococos resistentes a penicilina, sigue siendo importante la prevalencia de cepas con sensibilidad intermedia. Se recomiendan dosis altas.
46 Habitualmente se emplea la formulación 100/12,5 mg/mL, con la que se pueden prescribir dosis altas de amoxicilina sin sobrepasar la dosis máxima de clavulánico.
47 En menores de 1 mes, la dosis y la frecuencia de administración se ajusta en función de la edad gestacional del paciente y los días de vida en el momento de la administración.
48 Las dosis habituales empleadas son 150-200 mg/kg/día, reservándose dosis más elevadas (300 mg/kg/día) en caso de derrame pleural.
49 Las dosis habituales empleadas son 150-200 mg/kg/día, reservándose las dosis más elevadas (300 mg/kg/día) en caso de derrame pleural importante o neumonías en pacientes graves.
50 No administrar en neonatos ni en lactantes con hiperbilirrubinemia. En caso de derrame pleural importante o neumonía grave emplear dosis más elevada (100 mg/kg/día).
51 Las dosis habituales empleadas son 250.000-300.000 UI/kg/día, reservándose dosis más elevadas (400.000 UI/kg/día) en caso de derrame pleural.
52 En pacientes con infección grave por Pseudomonas aeruginosa pueden incrementarse las dosis hasta 300-400 mg/kg/día.
53 Si la evolución es favorable a las 48-72 h pueden ser suficientes 5 días.
54 La dosis de azitromicina distribuida en 5 días (10 mg/kg el primer día y 5 mg/kg los 4 días restantes) no aporta ninguna ventaja a la pauta de 3 días.
55 Se recomienda consultar con neumólogo o especialista en enfermedades infecciosas.
Notas: la Guía-ABE se actualiza periódicamente. Los autores y editores recomiendan aplicar estas recomendaciones con sentido crítico en función de la experiencia del médico, de los condicionantes de cada paciente y del entorno asistencial concreto; así mismo se aconseja consultar también otras fuentes para minimizar la probabilidad de errores. Texto dirigido exclusivamente a profesionales. | |||
[i] Más información en:
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