Fecha de actualización: 27/09/2019
(V.3.0/2019)
La epididimitis es un proceso infeccioso o inflamatorio limitado al epidídimo que en ocasiones puede extenderse al testículo, hablándose entonces de orquiepididimitis. Habitualmente es unilateral.
En investigaciones que emplean técnicas diagnósticas por imagen de gran poder resolutivo, se ha visto que la orquiepididimitis en la edad prepuberal es un proceso casi tan prevalente como la torsión testicular. Es más frecuente en menores de 5 años y en mayores de 10 años, siendo rara entre ambas edades. La etiopatogenia es distinta en los varones sexualmente activos1. La sintomatología2 es similar a la de la torsión testicular, por lo que siempre habrá que pensar en este proceso en el diagnóstico diferencial del dolor escrotal agudo.
Microorganismos causales | ||||
Situación clínica | Frecuentes | Menos frecuentes | Raros | |
Adolescentes y jóvenes | Varón sexualmente activo3 |
|
|
|
Sin antecedentes de actividad sexual |
| |||
Niños |
Estudios complementarios | ||
Indicados en la evaluación inicial | Indicados en situaciones especiales | |
Laboratorio |
|
|
Microbiología | ||
Imagen | ||
Otros |
|
Indicaciones de ingreso hospitalario |
|
Tratamiento antimicrobiano empírico | |||
Situación | Tratamiento de elección | Alternativas | |
Epididimitis u orquiepididimitis en adolescentes y jóvenes sexualmente activos (probable causa bacteriana) |
|
|
|
|
| ||
Epididimitis u orquiepididimitis en adolescentes y jóvenes sin el antecedente de relación sexual, o niños con sospecha de causa bacteriana |
|
|
|
Orquitis (u orquiepididimitis) en niños prepúberes, de probable causa viral | No indicado | Igual que en casos de adolescentes sin actividad sexual y niños, con infección de probable causa bacteriana22 |
Otras medidas terapéuticas |
|
Referencias bibliográficas |
|
Abreviaturas: IM: vía intramuscular. IV: vía intravenosa. PCR: reacción de la polimerasa en cadena. PrCR: proteína C reactiva. TMP: trimetoprim. VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. VO: vía oral.
1 La relación entre la epididimitis y alteraciones anatómicas del aparato urinario en menores de 5 años es clara (válvulas uretrales, estenosis de uretra o de meato, ectopia ureteral). Sin embargo, en prepúberes, diversos estudios han demostrado trastornos urodinámicos de inestabilidad vesical y disinergia como causa de infecciones urinarias recurrentes que podrían explicar la mayor incidencia de epididimitis en estas edades. En los varones sexualmente activos se implican como agentes causales los gérmenes transmitidos por contacto sexual.
2 Afectación del estado general con molestias de tipo tensión-dolor del hemiescroto correspondiente que se irradian por el trayecto del cordón a la parte baja del hemiabdomen. Frecuentemente existe fiebre y escalofríos. A veces existe disuria y polaquiuria. El epidídimo y/o el testículo es doloroso a la palpación y está aumentado de tamaño. El dolor aumenta llamativamente con las maniobras exploratorias y puede disminuir elevando el escroto (signo de Prehn) a diferencia de la torsión. En ésta, el testículo suele adoptar una posición anómala y el reflejo cremastérico está ausente, a diferencia de la orquiepididimitis. Hay piuria y/o leucocitosis periférica entre el 17 y el 76% de los casos, que raramente aparecen en la torsión. Otras causas de dolor escrotal agudo son la torsión de apéndices testiculares, traumatismo escrotal, púrpura de Schonlein-Henoch, hernia inguinal incarcerada y apendicitis retrocecal.
3 Generalmente acompañada de uretritis aunque ésta puede ser asintomática. En caso de N. gonorrhea con frecuencia asocia secreción.
4 En varones con sexo anal (o malformaciones urinarias).
5 En pacientes con infección por el VIH.
6 Agentes habituales relacionados con anomalías del tracto urinario.
7 La orquitis urliana es bilateral en un tercio de los casos. Suele aparecer a la semana de la parotiditis y es rara en menores de 10 años. Más frecuente en jóvenes y adolescentes y menos en niños.
8 Normal en el 40-85%. Su normalidad no excluye orquiepididimitis; tampoco su anormalidad excluye torsión testicular.
9 Positivo en pocos pacientes.
10 En varones sexualmente activos.
11 Virus de la parotiditis y otros.
12 Cuando el urocultivo es negativo y la evolución clínica es mala.
13 Cuando se sospecha epididimitis tuberculosa, que cursa como masa indolora.
14 En varones con clara sospecha de transmisión sexual.
15 Para descartar torsión testicular. En general, en la orquiepididimitis hay aumento del flujo vascular y en la torsión disminución respecto del testículo contralateral.
16 Debe hacerse estudio de imagen cuando el causante de la infección es bacteriano sin antecedente de contacto sexual, para descartar malformaciones del aparato urinario (más frecuentes en menores de 5 años).
17 En niños mayores sin alteraciones anatómicas del aparato urinario.
18 Las quinolonas ya no se recomiendan para el tratamiento de N. gonorrhea por el aumento de las resistencias a estos agentes antimicrobianos.
19 Si existen antecedentes de alergia a betalactámicos o el aislado es sensible al cotrimoxazol (TMP/SMX). Sin embargo no se debe prescribir de forma empírica por las altas tasas de resistencia que presenta el E. coli a este antibiótico.
20 En niños se podría usar si la enterobacteria es sensible a cefalosporinas de 1ª generación. Otra alternativa sería cefadroxilo 30 mg/k/día en dos dosis por su buena distribución a tejidos blandos y su presentación en suspensión oral.
21 Puede ser una alternativa en el caso de alergia a betalactámicos o enterobacterias resistentes a cefalosporinas y TMP/SMX. Está autorizado por la AEMPS en niños con infecciones complicadas de las vías urinarias y pielonefritis y la dosis sería 20-40mg/kg/día cada 12 horas.
22 El tratamiento antibiótico sólo se debe dar si hay piuria o resultado de urocultivo positivo.
23 Se recomiendan antiinflamatorios no esteroideos, especialmente el ibuprofeno.
Notas: la Guía-ABE se actualiza periódicamente. Los autores y editores recomiendan aplicar estas recomendaciones con sentido crítico en función de la experiencia del médico, de los condicionantes de cada paciente y del entorno asistencial concreto; así mismo se aconseja consultar también otras fuentes para minimizar la probabilidad de errores. Texto dirigido exclusivamente a profesionales. | |||
[i] Más información en:
http://www.guia-abe.es/
[*] Comentarios y sugerencias en: laguiaabe@gmail.com |