Fecha de actualización: 19/12/2019
(V.2.0/2019)
La escarlatina es una enfermedad caracterizada por fiebre, faringitis aguda y un exantema característico (micropapuloso y más acentuado en los pliegues). Está causada por cepas de Streptococcus pyogenes (estreptococo betahemolítico del grupo A -EBHGA-) productoras de exotoxina pirogénica1.
La transmisión es directa, de persona a persona por vía aérea. Es más frecuente entre los 2 y los 8 años de edad (máxima incidencia alrededor de los 4 años); en menores de 3 años es menos frecuente, pero debe considerarse en ambiente epidémico familiar, lactantes que acuden a escuela infantil y en épocas de mayor incidencia, final del invierno y primavera. No hay preferencia de sexos. Es una enfermedad benigna y autolimitada.
El diagnóstico es clínico y debe confirmarse con un test rápido de estreptococo o un cultivo de faringe. El tratamiento de elección es la penicilina V oral, como en la faringitis estreptocócica.
En la práctica clínica hay dos situaciones que plantean dudas e incertidumbre con frecuencia: una, el exantema escarlatiniforme sin fiebre y/o faringitis (la escarlatina puede ser secundaria a infecciones cutáneas, como impétigo y enfermedad perianal estreptocócica); y, dos, las recurrencias2. En ambas situaciones pueden estar implicados otros microorganismos por lo que es importante usar pruebas de confirmación microbiológica.
Agentes etiológicos | ||
Entidad | Microorganismos | |
Escarlatina | Streptococcus pyogenes (EBHGA) productor de exotoxina pirogénica | |
Otras causas de exantema escarlatiniforme | Frecuentes | |
Infrecuentes |
Manifestaciones clínicas | ||
Incubación |
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Síntomas |
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Hallazgos físicos | Faringitis |
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Exantema |
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Otros |
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Descamación |
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Estudios complementarios | ||
Evaluación inicial | Situaciones especiales | |
Microbiología | Test de diagnóstico rápido (TDR) estreptocócico10 | En casos de duda diagnóstica (por ej. exantema escarlatiniforme sin fiebre y/o faringitis), recurrencias, casos secundarios y brotes en colectividades, confirmación microbiológica11 mediante: TDR de S. pyogenes12 o cultivo de exudado faríngeo |
ASLO: para valorar si un episodio anterior reciente, en el que no se hizo comprobación mediante TDR o cultivo, pudo ser causado por S. pyogenes (de 2 a 3 semanas después del inicio del episodio anterior), cuando este dato sea relevante |
Tratamiento antimicrobiano13 | |
De elección | Alternativas14 |
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Duración del tratamiento:
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Tratamiento antimicrobiano en casos especiales | |||
Situación | De elección | Alternativas | |
Intolerancia a la vía oral17,18
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Alergia a la penicilina | Alergia mediada por IgE (y no IgE si es grave) | Azitromicina 20 mg/kg/día, VO, una dosis (máximo 500 mg/dosis), durante 3 días | Si resistencia a macrólidos: clindamicina 20 mg/kg/día, VO, en 3 dosis (máximo 300 mg/dosis), durante 7-10 días |
Alergia no mediada por IgE y no grave | Cefalexina (40 mg/kg/día) o cefadroxilo (30 mg/kg/día), VO, dividido en 2 dosis (máximo 500 mg/dosis), durante 7-10 días | ||
Recurrencias, falta de respuesta al tratamiento: ver faringitis aguda |
Indicaciones de derivación e ingreso hospitalario | ||
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Otras medidas terapéuticas y preventivas | ||
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Referencias bibliográficas |
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Abreviaturas: CMV: citomegalovirus. EBHGA: estreptococo betahemolítico del grupo A. IM: intramuscular. PANDAS: pediatric autoimmune neuropsychiatric disorder associated with group A Streptococci. TDR: test de diagnóstico rápido. VEB: virus de Ebstein-Barr. VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. VO: vía oral.
1 Streptococcus pyogenes produce, al menos 4 tipos de exotoxinas pirogénicas, denominadas como A, B, C y F.
2 La inmunidad frente a la infección estreptocócica se basa en el desarrollo de anticuerpos opsonizantes contra la proteína M, de la que existen más de 100 tipos diferentes, y es la base del serotipado actual de S. pyogenes. Esta inmunidad es tipo-específica y duradera, quizás indefinida. También es la base de las recurrencias, notificadas con frecuencia creciente.
3 Rubéola: el exantema es habitualmente discreto, máculopapular y morbiliforme; comienza detrás de las orejas, se extiende a cara y cuello y después al tronco y extremidades. Se acompaña de linfadenopatia cervical. La fiebre está ausente o es leve.
4 Sarampión: generalmente se acompaña de síntomas sistémicos importantes (fiebre, malestar), síntomas respiratorios marcados (tos, afonía) y conjuntivitis no supurativa.
5 Eritema infeccioso o megaloeritema: no suele haber fiebre; en los estadios iniciales el exantema afecta a las mejillas (“mejillas abofeteadas”) y posteriormente se hace confluyente, de bordes geográficos y palidece en el centro, en superficie extensora de extremidades.
6 Exantema súbito: el exantema comienza tras desaparecer la fiebre, comienza en el tronco y se extiende a la cara y extremidades. Afecta, sobre todo, lactantes entre 6 y 24 meses de edad.
7 La enfermedad de Kawasaki es más frecuente en niños más pequeños, sin faringoamigdalitis y con inyección conjuntival. Las formas incompletas o atípicas son de difícil diagnóstico. El cultivo faríngeo no es definitivo para el diagnóstico de esta entidad, por la posibilidad de falsos positivos (portador) o negativos (técnica defectuosa).
8 Staphylococcus aureus puede también ocasionar exantema escarlatiniforme (“escarlatina estafilocócica”). Para el diagnóstico diferencial, la localización de la infección es de gran ayuda: aunque ambas bacterias (S. aureus y S. pyogenes) producen infecciones cutáneas similares, S. aureus no causa faringitis aguda. Ambas bacterias sintetizan exotoxinas pirogénicas causantes del exantema y ocasionalmente de cuadros sistémicos muy graves, denominados síndromes de shock tóxico estafilocócico y estreptocócico. En ambos casos es posible observar un exantema escarlatiniforme.
9 Arcanobacterium haemolyticum es una causa poco frecuente de faringitis aguda. En la mitad de los casos ocasiona exantema escarlatiniforme, y por tanto es clínicamente indiferenciable de una verdadera escarlatina. Característicamente ocurre en adolescentes y adultos jóvenes.
10 El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Sin embargo, debe confirmarse la etiología estreptocócica con una prueba microbiológica, preferentemente el TDR si está disponible.
11 Limitaciones de las pruebas: falsos positivos ya que no discriminan entre infección y estado de portador; falsos negativos por técnica de recogida de la muestra defectuosa.
12 TDR: tienen una excelente especificidad (> 95%) y sensibilidad menor (90-95%), aunque variable. Muestran un buen valor predictivo positivo y menor valor predictivo negativo. Si la sospecha clínica es alta, los negativos deben comprobarse mediante cultivo de exudado faríngeo.
13 El planteamiento terapéutico es igual el de la faringitis aguda estreptocócica. El objetivo del tratamiento es reducir la intensidad y duración de la sintomatología, reducir la transmisibilidad de la infección y evitar las complicaciones supurativas (absceso periamigdalino, otitis media aguda, sinusitis, fascitis necrotizante, bacteriemia) y no supurativas (fiebre reumática; en los casos de glomerulonefritis aguda, PANDAS y otros, el papel del tratamiento antibiótico no está claro).
14 La amoxicilina/clavulánico no ofrece ninguna ventaja respecto a la amoxicilina sola (y sí añade inconvenientes), pues el EBHGA no es productor de betalactamasas. Sin embargo, su uso es una práctica inapropiada injustificadamente usual, que debe evitarse.
15 Fenoximetilpenicilina potásica: cápsulas de 500 mg y sobres de 250 mg. Fenoximetilpenicilina benzatina: suspensión oral con 250 mg (400.000 UI) en 8 ml.
16 No se ha establecido con precisión la pauta y dosificación óptima. Se han empleado dosis de 30-50 mg/kg/día con un máximo de 500 mg c/12h, o dosis únicas máximas de 750 mg en menores de 30 kg y de 1000 a 1500 mg en los mayores.
17 Frecuente con la penicilina V, infrecuente con la amoxicilina, sobre todo en los niños de menor edad.
18 Y cuando no pueda garantizarse el cumplimiento adecuado del tratamiento oral.
19 Síndrome de shock tóxico estafilocócico o estreptocócico.
Notas: la Guía-ABE se actualiza periódicamente. Los autores y editores recomiendan aplicar estas recomendaciones con sentido crítico en función de la experiencia del médico, de los condicionantes de cada paciente y del entorno asistencial concreto; así mismo se aconseja consultar también otras fuentes para minimizar la probabilidad de errores. Texto dirigido exclusivamente a profesionales. | |||
[i] Más información en:
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