Fecha de actualización: 11/06/2020
(V.2.0/2020)
El síndrome pertusoide es un cuadro clínico caracterizado por accesos de tos paroxísticos que lo diferencian de otras infecciones respiratorias. Dentro de este concepto se incluyen dos grupos de enfermedades: la tos ferina, causada por la Bordetella pertussis y cuadros producidos por otros agentes que simulan la clínica de la tos ferina, y que son por lo general, más leves.
El agente más importante del síndrome pertusoide es la Bordetella pertussis, aunque hay otros implicados (tabla 1). La infección se transmite por vía aérea, por contacto directo con las secreciones de las personas infectadas o por diseminación de gotas a través del aire. La mayor tasa de contagio se produce durante la fase catarral, disminuyendo progresivamente durante la fase paroxística. No hay evidencia de que existan portadores asintomáticos. El período de incubación varía entre 7-10 días de media (con un intervalo máximo entre 4 y 21 días).
El cuadro clínico clásicamente se divide en 3 fases. La fase catarral o prodrómica de 1-2 semanas de duración cursa con rinorrea, tos escasa y temperatura normal. Es seguida de una fase paroxística en la que la tos va en aumento y adquiere la característica pertusoide. Esta tos se manifiesta en accesos con 5-10 episodios de tos en una misma espiración, seguidos de un estridor inspiratorio típico, conocido como gallo. La tos suele ser emetizante y a veces cianosante. Los accesos aumentan en frecuencia e intensidad, mostrando inicialmente un predominio nocturno, con aumento de la frecuencia de los accesos a lo largo del día, persistiendo hasta 2-6 semanas. El niño suele mostrarse aparentemente bien en los períodos intercríticos. En la última fase, fase de convalecencia, se produce la desaparición gradual de la clínica hasta su resolución.
Los lactantes más pequeños pueden presentar una clínica atípica en la que predominan las pausas de apnea con mínimos síntomas respiratorios. Es necesario plantearse la tos ferina en el diagnóstico diferencial de los " eventos breves, resueltos e inexplicados" (BRUE, acrónimo en inglés). Además, en este grupo de edad se debe considerar la coinfeccion con otros virus estacionales, como el VRS. Por el contrario, en adultos y adolescentes la enfermedad puede ser leve y no identificarse como tos ferina.
Las principales complicaciones son la neumonía, afectación neurológica (encefalitis o convulsiones) y la deshidratación secundaria a los vómitos. También pueden encontrarse, aunque con menos frecuencia, complicaciones debidas a los efectos de la presión durante los accesos de tos, como neumotórax, atelectasias, fracturas costales, epistaxis, hematomas subdurales o hernias. La complicación más grave, ocurre principalmente en lactantes pequeños y se conoce como “tos ferina maligna”. Cursa con pausas de apnea, insuficiencia respiratoria progresiva e hiperleucocitosis extrema, que conduce a hipertensión pulmonar e hipoxemia rápidamente progresivas, refractarias a los tratamientos convencionales, y ocasiona una alta tasa de mortalidad.
La taquicardia es un dato valioso para valorar la gravedad de la enfermedad, ya que puede preceder a la hipertensión pulmonar.
La tos ferina es una enfermedad de declaración obligatoria en España desde 1982, prevenible por vacunación. Mantiene un patrón epidémico cíclico, con picos de incidencia cada 3-5 años. En la actualidad, en los países con altas tasas de cobertura vacunal frente a tosferina, como es el caso de España, se ha objetivado un aumento de la incidencia, hospitalización y mortalidad. Los casos se distribuyen principalmente en dos grupos de edad: lactantes menores de 6 meses que no han sido vacunados o que lo han sido parcialmente, y adolescentes y adultos jóvenes, que constituyen el reservorio principal de la enfermedad. Esto es debido a que ni la inmunidad inducida por la vacuna, ni la adquirida tras padecer la enfermedad proporcionan una protección de por vida. Según los últimos datos disponibles, en 2018 la incidencia de tos ferina en España fue de 3628 casos por cada 100.000 habitantes.
Los primeros tres meses de vida constituyen el período con más riesgo de mortalidad. En 2011 la CDC instauró la vacunación en el tercer trimestre de la gestación como la estrategia más efectiva para prevenir la enfermedad en este grupo de edad.
Tabla 1: MICROORGANISMOS CAUSALES | |
Frecuentes | Menos frecuentes |
Bordetella pertussis |
Bordetella parapertussis |
Tabla 2: ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS | ||
PRUEBAS MICROBIOLÓGICAS | ||
TÉCNICA DE ESTUDIO | MICROORGANISMOS DETECTADOS | PROPIEDADES7 |
PCR Técnica diagnóstica de elección |
Bordetella pertussis Bordetella parapertussis Panel de virus respiratorios: Adenovirus, VRS, Influenza y Parainfluenza. |
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Cultivo |
Bordetella pertussis Chlamydia trachomatis Adenovirus e Influenza |
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Inmunofluorescencia |
Bordetella pertussis Chlamydia trachomatis Adenovirus e Influenza
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Serologías |
Chlamydia trachomatis Mycoplasma pneumoniae Chlamydia pneumoniae |
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OTROS ESTUDIOS | ||
Indicados en la evaluación inicial | Indicado en situaciones especiales4 | |
Laboratorio |
No se precisan estudios complementarios si la afectación no es importante. |
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Imagen |
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Toma y transporte de las muestras. La muestra óptima son las secreciones nasofaríngeas obtenidas por aspiración (método de elección por obtener mayor número de microorganismos) o mediante torunda. No se deben utilizar torundas de algodón porque contienen sustancias que inactivan a la Bordetella. Para el cultivo se recomienda usar torundas de alginato cálcico o Dacron, mientras que para la PCR se recomiendan torundas de Dacron ya que el alginato puede tener un efecto inhibitorio.
Se considera un caso confirmado de tos ferina aquel que presenta un cuadro clínico compatible junto con un aislamiento microbiológico positivo. Aquellos con síntomas compatibles y vínculo epidemiológico con un caso confirmado se considerarán casos probables.
Tabla 3: INDICACIONES DE INGRESO HOSPITALARIO |
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Tratamiento
El tratamiento precoz puede reducir la intensidad de los síntomas sobre todo si se administra en los primeros 14 días, y su efecto es escaso o nulo si es administrado posteriormente. Cuando se administra de forma tardía el objetivo del tratamiento es disminuir la contagiosidad. El tratamiento de elección son los Macrólidos. El esquema de tratamiento se recoge en la Tabla 4.
Tabla 4: TRATAMIENTO | ||
Antibiótico | Posología | Comentario |
Azitromicina |
< 6 meses: 10 mg/kg/día VO, en 1 dosis, 5 días. >6 meses: 1º día: 10 mg/kg/día (máx: 500 mg/día) 2º-5º día: 5 mg/kg/día (máx: 250 mg/día) VO. Adolescentes y adultos: 1º día: 500 mg/día. 2º-5º día: 250 mg/día VO. |
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Eritromicina |
40 mg/kg/día (máximo 2 g/día), VO, en 3-4 dosis, 14 días |
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Claritromicina |
Claritromicina 15 mg/kg/día (máximo 1 g/día), VO, en 2 dosis, 7 días |
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Cotrimoxazol |
Cotrimoxazol (Trimetoprim 8 mg/kg + Sulfametoxazol 40 mg/kg/día), VO, en 2 dosis, 7-14 días |
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Profilaxis post-exposición
Es necesario realizar profilaxis post-exposición en caso de infección (comprobada o probable) por Bordetella pertussis:
Tabla 5: VACUNACIÓN DE CONVIVIENTES Y CONTACTOS ÍNTIMOS | |
Niños no vacunados o incompletamente vacunados según su edad |
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Niños mayores de 12 meses que hayan recibido la tercera dosis de DTPa hace más de 6 meses |
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Niños menores de 7 años que hayan recibido la última dosis hace más de 3 años |
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En mayores de 7 años, adolescentes y adultosue no hayan recibido 1 dosis de vacuna frente a la tosferina o que ya haya pasado más de 10 años de la misma |
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Vacunación en embarazadas
Desde 2011 la CDC recomienda la vacunación de las embarazadas en el tercer trimestre de gestación como medida más efectiva para prevenir la enfermedad en lactantes menores de 3 meses. En España esta medida se adoptó en 2015 y desde 2016 la vacunación se realiza en todas las comunidades autónomas. A medida que ha ido mejorando la cobertura a nivel nacional, los últimos datos indican un descenso de la incidencia de la enfermedad en menores de 3 meses.
Referencias bibliográficas |
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Abreviaturas: CDC: Centers for Disease Control and Prevention, DTP: vacuna contra la difteria, tétanos y tosferina. DTPa: vacuna contra la difteria, tétanos y tosferina acelular. dTpa: vacuna contra la difteria y tosferina acelular de baja carga antigénica y tétanos. IFD: inmunofluorescencia directa. PCR: reacción en cadena de la polimerasa. VO: vía oral.
1 Más frecuente en niños entre 5 y 15 años de edad.
2 Infección adquirida en el canal del parto. El cuadro más típico es una neumonitis afebril, en niños menores de 6 meses, que presentan tos repetitiva, a veces en accesos, taquipnea e hiperinsuflación en la radiografía. Ocasionalmente produce pausas de apnea. En sangre periférica puede haber hipergammaglobulinemia, sobre todo aumento de la IgM y eosinofilia, no obstante, su ausencia no descarta la enfermedad.
3 En estas infecciones víricas se han descrito cuadros de tos pertusoide / paroxística como parte de un cuadro postviral.
4 Indicadas en caso de afectación importante, lactantes con pausas de apnea o cianosis, dudas diagnósticas.
5 Un hemograma con leucocitosis debida a linfocitosis es sugestivo de tos ferina, especialmente en niños mayores. En los casos más graves, en lactantes, puede haber reacciones leucemoides con cifras de linfocitos de varias decenas de miles. Las infecciones por adenovirus pueden cursar con leucocitosis y neutrofilia, o con leucopenia. La infección por Chlamydia trachomatis puede cursar con eosinofilia.
6 La radiografía de tórax es inespecífica en las traquebronquitis no complicadas y suele demostrar un patrón de refuerzo hiliar. En la infección por Chlamydia trachomatis se aprecia un patrón difuso bilateral con atrapamiento de aire.
7 Su sensibilidad y especificidad depende de diversos factores como la fase de la enfermedad, calidad de la muestra, correcto y rápido procesamiento, la inmunización recibida o la administración previa de antibióticos.
8 Lactantes menores de 12 meses, niños no vacunados, mujeres en tercer trimestre de gestación, personas con enfermedades de base que supongan un riesgo aumentado para padecer una tos ferina grave, personal sanitario y personal que trabaja en guarderías o escuelas infantiles.
9 El intervalo mínimo entre la primera y segunda dosis y entre la segunda y la tercera dosis es de 4 meses. El intervalo mínimo entre la tercera y cuarta dosis es de 6 meses.
Notas: la Guía-ABE se actualiza periódicamente. Los autores y editores recomiendan aplicar estas recomendaciones con sentido crítico en función de la experiencia del médico, de los condicionantes de cada paciente y del entorno asistencial concreto; así mismo se aconseja consultar también otras fuentes para minimizar la probabilidad de errores. Texto dirigido exclusivamente a profesionales. | |||
[i] Más información en:
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