Fecha de actualización: 26/01/2009
(V.1.0/2009)
La incidencia de infecciones importadas está aumentando considerablemente en los últimos años, incluso en los niños, debido al incremento de los viajes internacionales. En la actualidad 12-13 millones de españoles viajan al extranjero cada año (de ellos el 9% a zonas tropicales); son casi 2 millones de viajeros menores de 14 años anualmente. También son cada vez más frecuentes los viajes a países en vías de desarrollo de los hijos de familias inmigrantes nacidos en nuestro medio.
Se estima que de cada 100.000 viajeros/mes a países tropicales, la mitad tendrán algún problema de salud durante o inmediatamente después del viaje; de ellos, un 0,6% necesitará hospitalización (0,3% del total de viajeros). Aproximadamente el 10% de los viajeros a países en desarrollo presenta fiebre durante o tras el viaje, principalmente en el primer mes tras el regreso. Los ingresos y la mortalidad se deben fundamentalmente a paludismo por Plasmodium falciparum.
En la mayor parte de los casos la fiebre en el niño viajero es debida a una enfermedad infantil común, pero el antecedente del viaje debe hacer descartar enfermedades infecciosas potencialmente peligrosas, en especial el paludismo P. falciparum. A menudo no se puede establecer un diagnóstico pero estos casos suelen evolucionar favorablemente y probablemente se relacionan con infecciones gastrointestinales y respiratorias autolimitadas. Raramente la fiebre se debe a causas no infecciosas.
Es importante realizar una cuidadosa y exhaustiva anamnesis del viaje:
El patrón de enfermedades tropicales depende principalmente del destino del viaje. Las infecciones más frecuentes tras viajar a África son paludismo y rickettsiosis; en el caso de Asia: dengue, paludismo y fiebre entérica; y en el de América Latina: dengue y paludismo.
A continuación se ofrece información de forma esquemática que puede ayudar en la orientación diagnóstica y terapéutica de los niños con fiebre tras un viaje internacional.
Exposición a riesgos concretos y enfermedades/microorganismos causales posibles | ||
Frecuente | Menos frecuente | |
Comida sin cocinar | Fiebre tifoidea, Salmonella no typhi | Cólera, triquinosis, amebiasis |
Agua no depurada o potencialmente contaminada | Virus de la hepatitis A, fiebre tifoidea, Salmonella no typhi | Cólera |
Ingesta de lácteos no pasteurizados | Brucelosis, tuberculosis | Salmonella, Shigella, Listeria, fiebre Q |
Baños en agua dulce | Esquistosomiasis | Leptospirosis |
Contacto con animales | Brucelosis, fiebre Q | Rabia, tularemia, peste |
Picaduras de insectos1 | Paludismo, dengue, rickettsiosis2, fiebre Chikungunya3 | Tularemia, tripanosomiasis |
Contacto con personas enfermas | Meningococemia, tuberculosis | Fiebre hemorrágica |
Enfermedades (y agentes) posibles según el momento de inicio del cuadro febril y teniendo en cuenta el periodo de incubación de cada enfermedad4 | ||
Corto (< 8 días) | Medio (8-21 días) | Largo (> 21 días) |
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Sospechas a partir de los hallazgos en la exploración física | |
Hallazgo | Sospecha |
Alteración del estado mental9 | Meningitis bacteriana, fiebre tifoidea, encefalitis japonesa, rabia, fiebre amarilla, fiebres hemorrágicas, paludismo, tripanosomiasis africana |
Conjuntivitis | Leptospirosis |
Escara | Rickettsias, borrelia, fiebres hemorrágicas |
Esplenomegalia | Paludismo, leishmaniasis, fiebre tifoidea, brucelosis, tifus, dengue, tripanosomiasis, fiebre recurrente epidémica |
Exantema | Dengue, fiebre tifoidea, rickettsiosis, brucelosis, fiebres hemorrágicas, leptospirosis, fiebre Chikungunya |
Hemorragia | Meningococemia, fiebres hemorrágicas, dengue, fiebre amarilla, tifus |
Hepatomegalia | Hepatitis, paludismo, absceso hepático amebiano, fiebre tifoidea, leptospirosis, leishmaniasis |
Ictericia | Hepatitis, paludismo, fiebre amarilla, leptospirosis, fiebre recurrente epidémica |
Linfadenopatía | Rickettsias, brucelosis, dengue, leishmaniasis, fiebre Lassa, peste, tularemia, tuberculosis, tripanosomiasis |
Síntomas respiratorios | Infección respiratoria alta, gripe, fiebre Q, síndrome de Löffler |
Pruebas complementarias a realizar a un niño con fiebre sin foco y con historia de un viaje reciente a un país tropical | ||
1er escalón | 2º escalón10 | 3er escalón11 |
Igual que en cualquier niño con fiebre sin foco12 |
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Tratamientos específicos | |||
Entidad | Tratamiento de elección | Alternativa | |
Paludismo19 |
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Fiebre tifoidea |
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Rickettsiosis |
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Esquistosomiasis |
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Absceso hepático amebiano (Entamoeba histolytica) |
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Fiebre Q aguda |
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Tularemia |
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Fármacos disponibles a través de "Medicamentos Extranjeros": quinina oral o IV, mefloquina, primaquina, praziquantel y yodoquinol | |||
Ver "Dosificación de antibióticos" en http://www.guia-abe.es/ |
Fuentes de información actualizadas27 | |
Webs |
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Referencias bibliográficas |
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Abreviaturas: Comp: comprimido. IM: vía intramuscular. IV: vía intravenosa. PCR: reacción en cadena de la polimerasa. VO: vía oral.
1 Principales enfermedades transmitidas por picaduras: mosquito: paludismo, dengue, fiebre amarilla, fiebre Chikungunya. Garrapata: borreliosis, rickettsiosis, fiebre de Crimea-Congo, tularemia. Mosca: leishmaniasis, tripanosomiasis africana. Pulgas: peste, tifus endémico o murino.
2 Rickettsia conorii (fiebre botonosa mediterránea) desde el sur de África hasta el sur de Europa y subcontinente indio. En África también es endémica la Rickettsia africae (fiebre africana por picadura de garrapata).
3 Clínica similar al dengue pero con síntomas articulares más prominentes. Recientemente han ocurrido brotes importantes en África e incluso en Europa.
4 La fiebre que aparece en los tres primeros meses puede deberse a distintas infecciones tropicales. Tras este periodo, prácticamente la única enfermedad que puede debutar es el paludismo. Las fiebres recurrentes se deben principalmente a paludismo, borreliosis, leishmaniasis visceral, tripanosomiasis, filariasis o colangitis.
5 Virus transmitidos por artrópodos hematófagos: fiebre amarilla, dengue, virus del Nilo Occidental, fiebre Chikungunya, fiebre del valle del Rift, encefalitis japonesa, etc.
6 El periodo de incubación de los arbovirus y fiebres hemorrágicas puede ser mayor de 7 días en el dengue, virus del Nilo Occidental, encefalitis japonesa, fiebres Lassa, Á‰bola y Marburg.
7 También denominada fiebre de Katayama. La fiebre puede acompañarse de eosinofilia, rash urticariforme, tos, sibilancias e infiltrados pulmonares.
8 El paludismo causado por P. falciparum suele aparecer en el primer mes tras la exposición, aunque el inicio puede retrasarse con la quimioprofilaxis antipalúdica. El paludismo por P. vivax, P. ovale y P. malariae puede aparecer muchos meses o incluso años tras la exposición.
9 Requiere atención médica urgente.
10 Fiebre sin foco que no se resuelve espontáneamente, o según los hallazgos en la anamnesis y examen físico.
11 Según hallazgos de la anamnesis y exploración física de cada paciente.
12 Las causas más frecuentes de fiebre en los niños viajeros son las mismas que en todos los niños. En la mayoría de los casos y en función de los datos clínicos disponibles puede recomendarse vigilancia y no hacer pruebas complementarias específicas inicialmente.
13 Es sensible (principalmente para P. falciparum) y muy específico. Se mantiene positivo 2-3 semanas tras el tratamiento.
14 También aislamiento viral, detección de antígenos virales (dengue) y PCR.
15 Esquistosomiasis.
16 Sospechar la presencia de amebas si hay diarrea profusa incluso sin fiebre.
17 Filariasis.
18 Máxima sensibilidad en el diagnóstico del paludismo. Áštil en casos con muy baja parasitemia y gota gruesa persistentemente negativa y para detectar parasitemias mixtas.
19 El paludismo grave requiere tratamiento parenteral con quinidina o quinina más doxiciclina o clindamicina (estas dos últimas se administran VO o IV según el estado del paciente).
20 Tratamiento durante 3 días en viajeros procedentes de África y América; y 7 días en los que han viajado al sudeste asiático por aumento de resistencia relativa a quinina en esta zona.
21 En mayores de 8 años de edad.
22 La mefloquina está contraindicada en niños con antecedente de convulsiones.
23 Máximo 600 mg (base).
24 Existe amplia resistencia a antibióticos. Estos 3 antibióticos sólo se deben utilizar en cepas sensibles.
25 Los efectos secundarios sobre la dentición y osificación son prácticamente nulos con las pautas empleadas.
26 Distinta dosis según especie.
27 Es importante consultar fuentes de información actualizadas para conocer las entidades prevalentes en cada zona geográfica.
Notas: la Guía-ABE se actualiza periódicamente. Los autores y editores recomiendan aplicar estas recomendaciones con sentido crítico en función de la experiencia del médico, de los condicionantes de cada paciente y del entorno asistencial concreto; así mismo se aconseja consultar también otras fuentes para minimizar la probabilidad de errores. Texto dirigido exclusivamente a profesionales. | |||
[i] Más información en: http://www.guia-abe.es/ [*] Comentarios y sugerencias en: laguiaabe@gmail.com | |||
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