Fecha de actualización: 31/08/2010
(V.1.0/2010)
La bronquitis (o traqueobronquitis) aguda consiste en una inflamación transitoria que afecta a la tráquea y los bronquios principales, generalmente asociada a infecciones del tracto respiratorio. Éstas son causadas principalmente por virus y suele seguir un patrón estacional con mayor número de casos en invierno.
Tras 3-4 días de síntomas típicos de infección de vías respiratorias altas (mas frecuente en invierno) se inicia la manifestación clínica principal (a veces única), la tos. Inicialmente seca (4-6 días), se vuelve productiva en unos días (con frecuencia purulenta debido al acúmulo de leucocitos), y puede cursar en accesos y acompañarse de vómitos y dolor referido en el área traqueal/esternal (síntoma prominente en niños mayores). La tos puede durar varias semanas. Puede haber síntomas generales y fiebre, según la etiología. En el caso de que aparezca una sobreinfección bacteriana secundaria se manifiesta con fiebre y abundantes secreciones en el tracto respiratorio. En pacientes con enfermedad broncopulmonar de base, el curso clínico puede ser diferente.
El diagnóstico es clínico. La auscultación es anodina al principio, después pueden aparecer roncus, sibilancias y estertores. Los síntomas se resuelven en un máximo de 2-3 semanas (en general duración menor de 10-14 días).
La bronquitis aguda puede ser sólo una forma particular de IRVA y no merecer ser considerada como una entidad clínica específica aunque se incluye aquí por ser un diagnóstico clínico frecuente y motivar prescripciones de antimicrobianos con gran frecuencia.
La traqueitis bacteriana es una entidad específica, infrecuente, equivalente a una forma de infección bacteriana invasora, que puede constituir una verdadera urgencia médica, requiere ingreso hospitalario y tratamiento antimicrobiano agresivo. La tos recurrente o crónica que conforma el síndrome pertusoide se describe más adelante. Se excluyen las complicaciones como bronquitis recurrentes con daño permanente en la vía aérea y las reagudizaciones de la bronquitis crónica como parte de enfermedades sistémicas en niños con fibrosis quística u otras patologías específicas (asma, inmunodeficiencias, etc.).
Microorganismos causales1 | ||
Frecuentes | Menos frecuentes | Raros |
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Estudios complementarios | ||
Indicados en la evaluación inicial | Indicados en situaciones especiales | |
Laboratorio | Habitualmente no necesarios |
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Microbiología | Habitualmente no necesarios |
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Imagen | Habitualmente no necesarios |
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Indicaciones de ingreso hospitalario | ||
Excepcionalmente en:
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Tratamiento antimicrobiano empírico | ||
Situación | Tratamiento de elección | Alternativas |
Bronquitis (o traqueobronquitis) aguda; cuadros típicos |
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Tratamiento antimicrobiano empírico en situaciones especiales | ||
Situación | Tratamiento de elección | Alternativas |
Cuando se sospeche infección bacteriana secundaria, portadores de neumopatías previas, bronquitis febriles que se prolongan o empeoran |
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Traqueítis bacteriana |
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Sospecha de participación de Bordetella, Mycoplasma o Chlamydophila |
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Otras medidas terapéuticas |
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Referencias bibliográficas |
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Abreviaturas: IRVA: infección respiratoria de vías altas. IV: vía intravenosa. Máx: máximo. PCR: reacción en cadena de la polimerasa. PrCR: proteína C reactiva. Rx: radiografía. VO: vía oral. VRS: virus respiratorio sincitial.
1 Además de los agentes infecciosos relacionados, también pueden causar bronquitis aguda la inhalación de gases y tóxicos, las aspiraciones de material gástrico ácido y los trastornos alérgicos.
2 En menores de 2 años: adenovirus; en niños de 2 a 5 años de edad: virus respiratorio sincitial y virus parainfluenza 3. Otros virus: rinovirus, coronavirus, influenza, paramyxovirus; también metaneumovirus y bocavirus humano (nuevos virus respiratorios asociados a infecciones respiratorias, aunque su papel como patógeno aún no está bien definido).
3 Sobre todo en niños mayores de 4 años y adolescentes.
4 En general se refieren a procesos de tos prolongada, recurrente o crónica, no considerados en este capítulo.
5 Legionella pneumophila, Corynebacterium pseudodiphteriticum, Bordetella parapertussis. También pueden causar sobreinfección en pacientes con bronquitis aguda de origen viral: Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Staphylococcus aureus y Moraxella catarrhalis. La traqueitis bacteriana es, en muchos casos, una sobreinfección bacteriana de una infección viral inicial.
6 En áreas endémicas con exposición significativa y en pacientes inmunocomprometidos (en general, produce infección invasiva). Aspergilosis broncopulmonar alérgica: colonización de la vía aérea en pacientes inmunocompetentes sin enfermedad invasiva, produciendo episodios de obstrucción bronquial (asma).
7 La sospecha de tos ferina puede apoyarse en los hallazgos del hemograma: leucocitosis (> 20 000/ml) con linfocitosis, aunque la ausencia de estos datos no la descarta.
8 Cuando se sospeche o deba descartarse una infección de vías bajas (neumonía) de etiología bacteriana. El estudio del esputo en general tiene poco valor en niños.
9 Idealmente aumento de 4 veces en los títulos de IgG en dos muestras separadas 3-4 semanas. Una IgM positiva con clínica compatible puede ser diagnóstica (tener en cuenta que los títulos positivos de la IgM específica pueden durar meses); puede haber falsos positivos.
10 También detección de antígenos específicos en orina.
11 Para confirmar la etiología vírica y la no necesidad de antibioterapia. Se indicarían también cuando el microorganismo sospechado es tratable, la infección está instaurada en la comunidad en ese momento y el paciente presenta síntomas compatibles.
12 En algunos cuadros febriles prolongados con afectación general y aumento del trabajo respiratorio (sospecha de neumonía asociada o atelectasia). En la bronquitis aguda puede observarse engrosamiento peribronquial inespecífico.
13 Es importante destacar la necesidad de evitar el uso de antibióticos en la mayoría de episodios de bronquitis aguda.
14 Otras alternativas: claritromicina, azitromicina.
Notas: la Guía-ABE se actualiza periódicamente. Los autores y editores recomiendan aplicar estas recomendaciones con sentido crítico en función de la experiencia del médico, de los condicionantes de cada paciente y del entorno asistencial concreto; así mismo se aconseja consultar también otras fuentes para minimizar la probabilidad de errores. Texto dirigido exclusivamente a profesionales. | |||
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